En el marco del Convenio de Asociación suscrito entre el Ministerio de Cultura y la Fundación Música en los Templos para implementar los Lineamientos mediante el Diplomado de Iniciación Musical, se realizaron 3 módulos de formación de 4 días de duración cada uno, durante los meses de agosto, septiembre y octubre de 2015.


César Cano fue el primero en llegar a Morroa, a él le correspondía el primer módulo del diplomado. Él cuenta que los docentes tenían muchas expectativas acerca de cómo se iban a desarrollar las sesiones y también que estaban un poco asustados, pues ellos relacionaban la música con la parte gráfica y las partituras y muchos de ellos no tenían conocimiento al respecto. Sin embargo, César les demostró que durante la iniciación eso no es lo más importante.

La actitud de ellos cambió completamente a lo largo de las sesiones y el compromiso de ellos era cada vez mayor. Él considera que el aprendizaje más importante que se llevaron en ese módulo fue el de los ejes formativos.

César trabajó las músicas tradicionales de la región como el porro y la cumbia para lograr entrar en contexto y realizar las dinámicas de acuerdo a su cultura. Todas las actividades estuvieron llenas de ritmo y de movimiento y en medio del calor todos disfrutaron, “Todas las sesiones los recuerdo sudando, con mucho calor pero saltando y gozándo”.

Todos los docentes se acercaban a él a contarle experiencias de sus escuelas y a enseñarle las dinámicas que utilizaban. Lograron forjar una gran amistad y con tristeza se despidieron para darle paso al siguiente maestro.

Llegó el turno de Martina y con muchos nervios conoció a los docentes de Morroa. Ella no sabía cómo iban a recibir a una maestra empírica y con una experiencia en un área del conocimiento un poco diferente a la de ellos, pero a medida que se iban conociendo y se iba dejando la timidez de todos a un lado, se formó una gran familia y se construyeron grandes aprendizajes.

Martina asumió el reto de ser la asesora del segundo módulo con un poco de miedo, pues era la primera experiencia de ella orientando un diplomado, su reto fue idear actividades y lúdicas para que los docentes conectaran con ella, y sin lugar a dudas lo logró.

Una de las actividades más significativa para ella fue ponerlos a dibujar animales de la región y luego reunirlos en grupos para que realizaran una historia y la musicalizaran. Algunos docentes usaban frases como “yo no sé dibujar” a lo que ella les contestaba “dibuja, haz el intento, dibuja lo que tú quieras” y al final todos los docentes terminaban maravillados y disfrutando al máximo la actividad.

Martina cuenta que los maestros fueron bien receptivos, atentos y le manifestaron que se sentían satisfechos por la manera en la que desarrolló el módulo con ellos. Logró que entendieran que a partir de las tradiciones se puede enseñar y transmitir conocimientos; ahí concuerda con la opinión de César Cano “en la costa gracias a Dios todavía se enseñan las músicas tradicionales por imitación” y ambos cuentan que aunque al inicio los docentes estaban un poco apáticos porque pensaban que iba a ser algo teórico, al ver cómo eran las actividades se involucraron y adoptaron una actitud abierta a la experiencia.

Con mucha risa Martina habla sobre un profesor al que apodaron Guacamaya porque durante en un ejercicio de exploración sonora en el que debían cerrar los ojos, hacer el sonido de un animal y buscarse entre parejas, uno eligió la guacamaya pero no recordaba el sonido de este animal, por lo que en vez de hacer el sonido, decía “guacamaya”.

En el último módulo Gustavo González lideró la sesión y lo que más recuerda de los docentes es la amabilidad de todos, la buena energía que transmitían y ese deseo de aprender; eso fue lo que permitió que las sesiones fueran entretenidas y valiosas para todos.

Él se enfocó en hacer un trabajo fuerte con el cuerpo y con el desarrollo de lo musical.Para ello, utilizó ejercicios de exploración, de experimentación y de creación.

Gustavo comenta que en esa región los docentes son muy rítmicos y tienen una gran habilidad musical, por lo que durante sus sesiones buscó fortalecer lo armónico y abordar los temas desde diferentes ejercicios creativos basados en sus contextos regionales.

La iniciación musical es una etapa dentro de un proceso dirigido de acercamiento al lenguaje musical que comprende como bases fundamentales: la experimentación sonora, el desarrollo y la fundamentación auditiva, el cuerpo y el movimiento, la voz, el instrumento, la improvisación, la fundamentación estética y analítica, y el juego. Por medio del desarrollo de destrezas, habilidades y facultades desde la práctica colectiva con una mirada integral del ser, la iniciación busca propiciar la excelencia de la expresión en cualquier sistema o ámbito musical, cultural y social, y el desempeño con disfrute e idoneidad.

Elaboración del equipo asesor para el diseño de los Lineamientos de Iniciación Musical. Mayo-Agosto de 2015.